El primer texto, de Natacha Delaunay-Stéphant, puntúa con claridad la clínica de la anorexia en las familias. Distinguiendo dos momentos en lo que Lacan ha dicho sobre esto, se centra en el vínculo que Lacan establece entre la anorexia y el saber. Madre e hija están atrapadas en un nudo apretado, y a menudo es necesario un desplazamiento en la posición subjetiva de la madre, para que el nudo se afloje al menos un poco.
A continuación, otros dos textos se centran en una particularidad de las familias italianas. Nos recuerdan que la familia perfecta, ideal, no existe. Y cuando una familia se acerca a la perfección, siempre conduce a lo peor.
Esto es lo que Marco Focchi atrapa en las familias italianas. Su lado sobreprotector y acogedor, tiene su reverso. Nos cuenta una novela extraordinaria de James Ballard donde, en una comunidad presentada como el oasis de la perfección, los niños no aprenden cómo arreglárselas con lo real. Para escapar a este apacible capullo familiar, los niños desencadenan un estallido de violencia sin precedentes.
A partir de un cambio en la ley de adopción italiana, Griselda Lo Giudice pone de manifiesto la tensión entre lo universal propio a toda ley y lo particular del deseo que cada sujeto asume en su relación al Otro. Demuestra así, que todas las leyes pasan por alto lo que está en juego del deseo de un niño en su relación a la castración.
Lidia Ramírez, cuestiona la transformación que tuvo lugar en las familias: el niño ya no es simplemente lo que viene a completar una familia, es decir un producto, sino que hoy se ha convertido en el fundamento de una familia. Es por ello que la transmisión en la familia es problemática.
Dos autores nos ofrecen una flecha sobre dos películas dramáticas que interrogan la familia, cuando ésta, se encuentra frente a un acontecimiento que no puede simbolizarse.
La primera película, Jugar con fuego, pone en escena una versión familiar de lo peor, como lo escribe Virginia Rajkumar ¿Qué ocurrió durante la infancia de los dos hermanos, para que uno virara hacia la pulsión de muerte sin límites y se vuelva un facha que comete un acto criminal, mientras que el otro se acomoda a un ideal de saber inscribiéndose en la Sorbona? Virginia hace valer entre líneas la ausencia discreta de un personaje de la familia, la ausencia discreta pero esencial para humanizar una familia.
Una gran mujer (Дылда ), es la traducción del título de la película de Kantemir Balagov. Una película que pone en tensión lo que ocurre entre dos mujeres cuando lo simbólico está forcluido. Queda entonces lo imaginario y lo real para tratar la pérdida dramática de un hijo. Una película a descubrir, dado que propone de manera dramática una solución demasiado real para reconstruir una « familia », cuando ésta se ve destrozada por una pérdida radical. Lucie Kiyambekova nos invita a descubrir en esta película una historia familiar de una violencia poco común.
Traducción: Micaela FRATTURA
Relectura: Itxaso MURO